Autora: Marilyn Sofía González Chiriboga 

La pandemia por la COVID-19 implicó un gran reto en materia de salud y política sanitaria, ya que conllevó a la inestabilidad y desestructuración de los sistemas sanitarios en los países en vías de desarrollo, así como también produjo declives en sistemas de salud que se creían bien estructurados como los de los países de primer mundo, lo que permitió reconocer debilidades anteriormente no identificadas. 

El decaimiento de los sistemas de sanidad se vio influenciado directamente por consideraciones económicas y políticas, que conllevaron a una necesidad de priorización de recursos materiales y humanos en el esquema sanitario de cada población, un ejemplo claro de esto se señala en la revista de Bioética y derecho, al poner de manifiestos la deficiencia de camas de UCI y respiradores para cubrir las demandas de los casos crecientes de personas infectadas (1).

Imagen 2: Ventilación mecánica invasiva. Enfermeria APS: enfermeriaaps.com 

La evidencia ratifica que el incremento de las demandas asistenciales y de recursos ante la pandemia global, llevaron indudablemente al colapso de los sistemas sanitarios, por lo que se evidenció la necesidad de adoptar estrategias de acción política y orientar decisiones específicas en cuanto a la priorización de los recursos disponibles. La escasez de los insumos involucró consideraciones éticas en cuánto a quién se debería asignas determinado insumo y por ende un sin número de cuestionamientos en el personal de primera línea: ¿Es la edad el factor crítico para la designación de recursos? ¿Los síntomas y evolución clínica juegan un rol importante? ¿El orden de llegada del paciente debe regir la decisión del uso de los insumos disponibles? 

Por lo expuesto, se pone de manifiesto la necesidad imperiosa de un triaje que permita direccionar los insumos asistenciales, esto en base a promoción de medidas institucionales; sin embargo, como argumento adicional se señala la influencia de los principios bioéticos de autonomía, bienestar y derechos humanos que plantean retos en la toma de decisiones y administración de los recursos (2).

La priorización no sólo implica al colectivo, sino también al personal de salud que ha sido afectado por la toma de decisiones individuales respecto a la forma de designar los recursos disponibles, esto ha generado mayores niveles de estrés y ansiedad, que nos permite visualizar la necesidad de que los gobiernos y los entes involucrados instauren medidas que permitan proteger ha dicho personal y colectivo a partir de la orientación de la bioética y disciplinas asociadas (3). 

ENLACES DE REFERENCIA 

1. Casabona CMR, Mora AU. La gestión de soportes vitales escasos en contextos de pandemia. Reflexiones acerca de la aplicación de triages en el marco del COVID-19. Rev Bioét Derecho. 29 de julio de 2020;99-112. 
2. Poveda-Moral S, Bosch-Alcaraz A, Falcó-Pegueroles A. La planificación de decisiones anticipadas como estrategia preventiva de conflictos éticos en urgencias y emergencias durante y después de la COVID-19. Rev Bioét Derecho. 29 de julio de 2020;(50):189-203. 
3. Martorell V. La sostenibilidad del sistema sanitario: las preguntas que no hemos querido hacer. Rev Bioét Derecho. 1 de septiembre de 2013;0(29):96-108. 

SOBRE EL AUTOR: 

Marilyn Sofía González Chiriboga (ASOCEM-UCuenca)

Estudiante de la Escuela de Medicina, Facultad de Ciencias Médicas, Universidad de Cuenca, Cuenca, Ecuador. 

Miembro de la Asociación Científica de Estudiantes de Medicina de la Universidad de Cuenca (ASOCEM-UCuenca), Cuenca, Ecuador.