La Universidad de Cuenca, a través de los Grupos de Investigación Ciudad Patrimonio Mundial y Preit-Tour, dio inicio a la sexta edición del encuentro «El Futuro del Pasado 2024». Este evento, que tuvo su primera edición en 2014, con motivo del 15.º aniversario de la declaración de Cuenca como Patrimonio de la Humanidad, se ha consolidado como un espacio de diálogo entre el ámbito académico y las experiencias vivenciales sobre el patrimonio cultural.
En la ceremonia de apertura, se destacó la importancia de este espacio para reflexionar sobre los desafíos del patrimonio cultural en un contexto global cambiante. Este año, el evento centra su atención en las tensiones entre patrimonio, ocio y turismo, fenómenos que se han intensificado tras la pandemia de COVID-19. Los debates buscan explorar los conflictos entre actividades económicas reguladas y no reguladas, las demandas de residentes y turistas, así como las dinámicas de desigualdad y exclusión en el uso del espacio público en el Centro Histórico de Cuenca.
“Este encuentro no solo es una oportunidad para el análisis, sino también para la co-creación de directrices que garanticen la democratización del espacio público, un principio clave para el buen vivir”, señalaron los organizadores.
Ponencias Destacadas.
El profesor emérito Koen Van Balen, destacado investigador de la Universidad KU Leuven. En su ponencia titulada “Nuevas tendencias en el ámbito del patrimonio y el impacto social (reutilizaciones adaptativas)”, reflexionó sobre la relación entre las edificaciones patrimoniales conservadas y el bienestar público.
El académico subrayó que los significados atribuidos por las comunidades a los espacios patrimoniales son esenciales para fomentar un sentido de pertenencia y arraigo. En este contexto, enfatizó la importancia de las «reutilizaciones adaptativas» como una herramienta para mantener la funcionalidad y relevancia de los espacios históricos.
Van Balen presentó tres casos emblemáticos de Bélgica, donde espacios patrimoniales han sido transformados en sitios atractivos y funcionales, sirviendo tanto como motores económicos como lugares de encuentro social.
Durante la ponencia “Disputas alrededor del uso y disfrute del espacio público en sitios patrimoniales”, dictada por la profesora emérita Alexandra Kennedy, se exploraron las prácticas de ocio y su evolución, desde actividades religiosas hacia celebraciones cívicas y turísticas. Subrayó que, aunque estas transformaciones reflejan los avances de la modernidad, aún persisten profundas desigualdades, ya que la pobreza limita a muchos sectores de la población de participar plenamente en estos espacios diseñados «para no aburrirse».
Por su parte Pedro Jimenez, docente investigador del Grupo CITMOV de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuenca, planteó un nuevo derecho urbano – “El Derecho a quedarse en el Barrio”, enfocado en el marco de los 25 años de la declaratoria de Cuenca como patrimonio Cultural de la Humanidad y refexionando en un futuro más social, donde el patrimonio una a vecinos y visitantes.
Las ponencias culminaron con la presentación de espacios diseñados desde lo patrimonial, cultural y de ocio, restaurados y generados por el ex director del Grupo de Investigación CPM, Fausto Cardoso, quien recalcó la importancia de contextualizar, reflexionar y destacar lo cultural de los espacios exponiendo tres diseños construidos: La plaza central del Barrio Las Herrerías, La Plaza Cañari en la ciudad de Azogues y la Plaza de Susudel.
Asimismo, se realizaron mesas temáticas y talleres para fomentar el intercambio de ideas y propuestas concretas promoviendo un diálogo inclusivo y respetuoso.
A lo largo del evento, expertos de diversas disciplinas reflexionarán sobre los desafíos actuales del patrimonio cultural, con un enfoque en la sostenibilidad, la inclusión y el diálogo intercultural. «El Futuro del Pasado» reafirma su compromiso con la promoción de un patrimonio cultural que sea accesible, relevante y funcional para las sociedades contemporáneas.
Finalmente, María Augusta Hermida, rectora de la Universidad de Cuenca, refirió: «25 años de patrimonio cultural, nos han permitido reflexionar y aprender. Es hora de tomar decisiones sabias para un futuro próspero y pleno para todos”.