El 17 de enero de 2025, la Dirección de Vinculación con la Sociedad de la Universidad de Cuenca organizó el conversatorio “Infancias y Derechos Humanos en el Ecuador actual”, con el propósito de visibilizar la situación crítica que enfrenta la niñez en el país. Este espacio de reflexión se desarrolló en el contexto de la desaparición forzada y muerte de los cuatro niños de Las Malvinas, ocurrida en diciembre de 2024, en el sur de Guayaquil.
El evento tuvo como objetivo sensibilizar a la sociedad y promover propuestas que garanticen el bienestar y la protección de niñas, niños y adolescentes, resaltando que su cuidado no es solo un deber moral, sino una responsabilidad estatal y social.
En sus discursos de apertura, la rectora de la Universidad de Cuenca, María Augusta Hermida, y el vicerrector académico, Juan Leonardo Espinoza, hicieron un llamado al Estado para que asuma su responsabilidad en la protección de la infancia. “Que nadie tenga paz hasta que no haya justicia”, subrayaron.
El conversatorio contó con la participación de Piedad Vásquez, María Isabel Cordero y Bernarda Ordóñez, expertas en derechos humanos, género y desarrollo, quienes abordaron diversas aristas de esta problemática.
Piedad Vásquez, exdocente de la Universidad de Cuenca, calificó el caso de los niños de Las Malvinas como una tragedia que refleja problemáticas sociales como la aporofobia y el racismo. Advirtió sobre el riesgo de que este crimen se diluya en el olvido. “Lo más grave sería borrar este caso de la memoria colectiva”, afirmó, recordando la importancia de conmemorar el 8 de diciembre, fecha de la desaparición forzada de los niños. Vásquez enfatizó la necesidad de mantener viva esta lucha y promover desde la academia una educación para la paz.
María Isabel Cordero, directora la organización no gubernamental SENDAS, señaló que el caso de Las Malvinas es solo una muestra de la violencia estructural que afecta a la niñez ecuatoriana. Aunque existe un marco legal como el Código de la Niñez y Adolescencia, aseguró que su aplicación es deficiente. “Cada día, cinco niñas de entre 9 y 12 años dan a luz en Ecuador”, indicó, subrayando que el 80 % de los delitos sexuales contra menores ocurren en los círculos cercanos, de los cuales solo el 12 % se denuncia y apenas el 5 % llega a judicializarse.
Cordero destacó que la violencia en el sistema de crianza y educación perpetúa un ciclo de maltrato. Además, reflexionó sobre cómo el Estado criminaliza a niños afrodescendientes, montubios y empobrecidos. “¿Por qué seguimos sosteniendo una educación basada en el control y la violencia? Es aquí donde la academia tiene un papel crucial para generar cambios”, puntualizó.
Bernarda Ordóñez, presidenta de la fundación Ciclo Rosa Ecuador, contextualizó la situación actual en el olvido histórico del Estado hacia los derechos humanos, señalando que más del 60 % de los casos que llegan al sistema interamericano están relacionados con abuso por parte de las fuerzas públicas. “No somos enemigos de la policía ni de las fuerzas armadas; lo que pedimos es que actúen con protocolos adecuados”, manifestó.
Ordóñez advirtió que el ciclo de sufrimiento y violencia en Ecuador podría tardar al menos tres generaciones en romperse si se comienzan a tomar medidas adecuadas. “El 8 de diciembre pasado vimos la desaparición de cuatro niños que intentaban salir del círculo de pobreza en el que nacieron. El Estado tiene la responsabilidad de garantizar verdad, justicia y reparación”, concluyó.
El conversatorio dejó claro que la protección de la niñez no puede esperar. Desde la Universidad de Cuenca se reafirmó el compromiso de seguir trabajando en investigaciones y acciones que visibilicen y enfrenten esta problemática, con el objetivo de construir una sociedad más justa y respetuosa de los derechos humanos.