La Universidad de Cuenca, a través del Departamento de Biociencias, presentó los resultados del proyecto de investigación Evaluación Innovadora del Consumo de Ultraprocesados y Sistema Alimentario Escolar Ecuador y Perú, una iniciativa transdisciplinar que involucra activamente a niñas, niños, docentes, madres y padres.
En el marco de esta jornada, se entregaron certificados de reconocimiento a todas las niñas y niños que participaron en el proceso investigativo, quienes fueron considerados protagonistas clave en la generación de datos y en la comprensión de sus propios entornos alimentarios.
Angélica Ochoa, directora del proyecto, destacó la importancia de vincular a la comunidad en todas las fases del proceso, desde la formulación hasta la presentación de resultados. Subrayó que esta investigación no solo busca generar datos científicos, sino también promover transformaciones positivas en los hábitos alimentarios de las infancias mediante el involucramiento directo de quienes habitan los entornos escolares.
“Las niñas y los niños fueron actores centrales de esta investigación. Aplicaron el método científico desde una perspectiva participativa y lúdica, observando y representando sus entornos alimentarios a través del arte y la cartografía”, indicó Ochoa.

El estudio reveló que, en promedio, los menores consumen cinco productos ultraprocesados al día, siendo la cola la bebida no saludable de mayor presencia (31 %). A través de herramientas basadas en el arte, las y los estudiantes identificaron los alimentos disponibles en su entorno y diseñaron sus propias “loncheras ideales”, explicó la investigadora.
Monserrath Jerves, vicerrectora de Investigación, expresó: “Estamos transformando el concepto de investigación. No solo buscamos publicar artículos científicos, sino generar conocimiento que transforme vidas; y para eso, necesitamos comprender esas vidas, hablar su idioma y trabajar desde el territorio”.
Byron Loja, rector de la Unidad Educativa Remigio Crespo Toral, ubicada en la parroquia Asunción del cantón Girón, destacó que la participación en este tipo de investigaciones ha generado un valioso aprendizaje no solo para las y los niños y sus familias, sino para toda la institución educativa:
“Hemos incorporado algunos de los resultados del estudio en proyectos como huertos escolares y prácticas de alimentación saludable. Sabemos que muchas veces reaccionamos ante una enfermedad, pero con este tipo de iniciativas apostamos por la prevención y la formación integral desde edades tempranas”, afirmó.
La rectora María Augusta Hermida reafirmó el compromiso institucional con este tipo de investigaciones aplicadas, que buscan mejorar la calidad de vida en comunidades rurales y urbanas. Felicitó a las niñas y niños participantes por su creatividad y compromiso, y los invitó a ver la universidad como un espacio al que también pueden pertenecer en el futuro.
Este estudio forma parte de una alianza internacional que incluye a la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, el Instituto de Investigación Nutricional, el Instituto de Salud Pública de la PUCE y la Comunidad Latinoamericana y Caribeña de Nutrición y Salud.

